 |
Iba a decir que se había ido una barchinera buena. Pero no. Porque un cáncer cruel no nos podrá arrebatar nunca a Emi Cerrillo Marcilla. Siempre estará bailando en la plaza y será de las últimas en marcharse. Y si nos fijamos un poco, lo más probable es que la sorprendamos en algún gesto de Claudia. Y cuando compartamos un café con Jose, o dando la vuelta al hoyo con Rosario y la recordemos con una sonrisa, siempre con una sonrisa, ella estará allí. Los que ya hemos perdido antes a otros barchineros sabemos que no es lo mismo, pero también sabemos que mientras los recordemos, nunca se van del todo.
|
|
|