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"EN busca de la musa sin nombre" es la constatación de que hasta de lo más elevado se puede hablar, pese al despliegue de cultura, con un sentido del humor que hace disfrutar al lector, y más aún, si se siente aludido por tener un cierto prurito artístico que lo haya llevado a invocar a las musas en alguna ocasión. Muy bien trabadas las ilustraciones de los cuadros. La del cisne volador de Leda es especial ¿No es el rostro de Lola Delage el rostro de la criatura mitológica que extiende sus alas sobre el paisaje?
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